PASTEL DE ZANAHORIAS Y COCO y RETO FILM & FOOD

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Pastel de zanahorias y coco_2  

Film and Food, en su propuesta para el mes de septiembre, nos ha propuesto viajar por el mundo de la fantasía de la mano de la película "Hook", una película que en mi opinión desmitifica a un mito: Peter Pan, mostrándonos de él una imagen adulta y que poco tiene que ver con el Peter Pan que todos recordamos y creada por su autor: James Mathew Barrie. Y a pesar de que el espíritu que caracteriza a este gran mito infantil perdura en el personaje adulto, creo que hay imágenes que no se deben cambiar porque se arriesgan a perder el trono que han venido ocupando en nuestra imaginación.

Yoli_bebé
¿Qué os parezco en esta foto de bebé? ¡Qué tranquilita era! "No había niña", decía mi madre.

En el reto del mes de septiembre, Ingrid y Alba nos proponían viajar hasta nuestra niñez y recordar alguna receta que nos entusiasmara cuando éramos niños. Yo no he tenido fácil decidirme por una, porque al contrario que hoy en día, no era una niña que comiera gustosamente de todo lo que me ponían en el plato, y así, las verduras no las podía ni ver, aunque en puré tenían un pase. Las legumbres las aborrecía, y siempre tenían que ir en puré también. Con la carne no tenía problemas, a excepción del conejo, una carne que aún hoy en día me la como a regañadientes, y todo porque mi abuela materna tenía conejos que criaba ella misma y el recuerdo de verlos una vez matados, colgados de una cuerda, desangrándose, me revolvía el estómago. Con el pescado no tenía problemas, y de hecho me gusta más que la carne. Los macarrones me encantaban, y el arroz, tres cuartas de la misma. Y digo macarrones y no pasta, porque en mis tiempos de infancia, los macarrones, los coditos, los fideos, los canelones, y poco más, era lo que se podía encontrar en cuestión de pasta en los supers. El arroz, qué rico, pero comiendo paella me hacía una composición artística en el plato que para qué: el pimiento verde, la cebolla, los guisantes formando un arco todo alrededor del borde del plato, y mi padre se ponía enfermo. "¡Esta niñaaaaa!", protestaba, y con razón.

Fotos_Yoli_niña_collage
En la foto de la izquierda, con una muñeca que ni recuerdo que fuera mía. En la foto de la derecha, sobre mi triciclo, en la terraza de la primera vivienda de mis padres, una terraza por la que alegremente tiré 100 pesetas, con ésas con las que se hacía la compra de un mes. ¡Qué disgusto más grande para mis padres!

Pero el dulce, ay, el dulce, a éso sí que no le hacía nunca ascos: al arroz con leche - mi favorito-, a las natillas, al flan, postres clásicos y que eran los que con más asiduidad se hacían en todas las casas. Pero hay uno que mi madre hacía con frecuencia y que nunca he visto en ningún blog de cocina, y que es un pastel de zanahorias y coco. Un pastel super fácil, que no requiere horno. Basta con hacerse con unos bollos suizos, o brioche, cocer unas zanahorias, mezclarlas con azúcar y coco, y ale, ya está. ¿No os parece fácil? Hasta los niños se pueden convertir en chefs de cocina por un día haciendo este rico pastel.

¿Os apetece viajar conmigo a mis años de infancia?

Pastel de zanahorias y coco_1  

Ingredientes
  • 12 bollos suizos
  • 1/2 kilo de zanahorias
  • 250 gr. de azúcar blanquilla
  • 250 gr. de coco rallado y un poco más para decorar
  • agua para cocer las zanahorias

Elaboración
  1. Pelamos y cortamos las zanahorias en cuadrados y las ponemos a cocer con suficiente agua que las cubra lo justo en una cazuela hasta que estén blandas, una media hora aproximadamente. Escurrimos el agua y las dejamos reposar en el colador un par de horas.
  2. Aplastamos las zanahorias y las mezclamos con el azúcar primero, y luego con el coco rallado, añadiendo un par de cucharadas cada vez, y mezclando muy bien.
  3. Cortamos los bollos suizos por la mitad y reservamos.
  4. En una fuente redonda de cristal de 20 centímetros de diámetro, colocamos seis mitades de los bollos suizos y aplastamos contra la base. No tiene por qué quedar toda la base cubierta. Extendemos una parte del puré de zanahoria, ponemos las otras seis mitades de los bollos suizos, aplastándolos, y puré de nuevo. Y así alternamos capas hasta terminar con todos los ingredientes. Forramos con film transparente y ponemos encima algo de peso para que comprima el pastel. Puede ser un jarrón, un plato con la plancha, lo que sea. Y lo dejamos en reposo toda una noche.
  5. Al día siguiente guardamos el pastel en la nevera, y lo desmoldamos con cuidado cuando lo vayamos a consumir. Lo adornamos con un poco de coco rallado por encima, o como a vosotros os parezca. 

Ahora hay que cerrar los ojos y echar la imaginación a volar hasta llegar a aquellos mejores años de nuestra infancia. ¡Disfrutad del vuelo!


Pastel de zanahorias y coco_4 

Doy las gracias a Ingrid y a Alba una vez más por permitirnos disfrutar de la cocina de otra forma diferente a como lo hacemos habitualmente, y en este caso, por habernos permitido transportarnos a nuestras recetas favoritas de la infancia. Las dos se curran los retos pero bien.


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TARTA DE CHOCOLATE AL AROMA DE FRAMBUESA

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Tarta de chocolate y frambuesa_2

Que levante la mano todo aquél que durante su adolescencia se ha reprimido de tomar chocolate por el tema de los granos en la piel. Pues parece ser que éste es un falso mito, y que el hecho de que en nuestra piel aparezcan granos se debe a cambios hormonales, como es el caso de la adolescencia, esa etapa de nuestra vida en la que las hormonas están por las nubes, o cuando las mujeres nos encontramos en esos días tan particulares en que las caprichosas hormonas femeninas reclaman una dosis de dulce mayor de la habitual.

Lo que no es un mito es que el chocolate puede producir la muerte en perros y en gatos. También depende del tipo del chocolate, bien sea blanco, con leche o puro, y del tamaño del animal, pues a mayor tamaño, menor es el riesgo. El chocolate puro contiene unas sustancias tóxicas para perros y gatos que puede producirles vómitos, diarreas e incontinencia uriniaria, en primer lugar, y derivar en espasmos musculares, hiperactividad, deshidratación, y hasta producirles la muerte. ¿No es alucinante?

¿Y qué hago yo hablando sobre gatos y chocolate en un blog de cocina? La culpa de todo ésto la tiene Manu CatMan por haber cumplido un año en la blogosfera, y nos ha invitado a participar en su cumpleblog mediante un concurso abierto hasta el 30 de septiembre. La receta que presentes tiene que guardar relación de alguna manera con el mundo gato, ese amigo tan especial suyo, y también mío, pues en casa tenemos una gatita persa llamada Etna, ya algo viejecita, pues tiene 13 añitos. Cuando un gato cumple su primer año de vida es como si hubiera cumplido 15 años, y a partir de ahí, cada uno de sus años equivale a 4 de los del ser humano. Así que mi gatita Etna  es como si tuviera 68 años humanos en realidad.

Etna, nuestra gata persa 

Bueno, nos dejamos de gatunadas y nos vamos a la receta de hoy. Se trata de una tarta jugosísima de chocolate, rellena de mermelada de frambuesa, recubierta de una ganaché de frambuesas y coronada por una línea de frambuesas frescas. No sé a vosotros, pero a nosotros nos encanta la combinación dulce del chocolate con la ligera acidez de esta frutilla silvestre. Puede ser una rica alternativa para celebrar un cumpleaños, como en este caso el del blog de Manu CatMan. ¡Felicidades Manu! Espero que nos sigas deleitando durante mucho tiempo con tu buen hacer en la cocina y en la fotografía. Y éso que el muchacho estuvo a punto de tirar la toalla porque no le veía salida al mundo blogueril. ¡Anda queeee ...!

Tarta de chocolate y frambuesa_3  

Ingredientes

Para la tarta 
  • 270 gr. de harina de repostería
  • 250 gr. de azúcar blanquilla
  • 70 gr. de chocolate en polvo sin azúcar
  • 2 cdtas. de bicarbonato
  • 1 cdta. de sal
  • 1 cda. de aceite
  • 180 gr. de nata
  • 260 gr. de agua
  • 2 cdas. de vinagre blanco
  • 1 cdta. de extracto de vainilla
  • 2 huevos

Para la ganaché de chocolate a la frambuesa
  • 240 gr. de chocolate negro fondant
  • 50 gr. de mantequilla
  • 150 gr. de nata líquida
  • una tarrina de frambuesas - unos 200 gramos
  • 1 cda. de azúcar blanquilla
Para rellenar
  • mermelada de frambuesa 
Para adornar
  • unas 15 frambuesas

Tarta de chocolate y frambuesa_4


Elaboración

Del bizcocho de chocolate
  1. Precalentamos el horno a 180º
  2. En la base de un molde de bizcocho redondo desmontable, ponemos una lámina de papel de horno, enmantequillamos las paredes y espolvoreamos con cacao, repartiéndolo bien todo alrededor. Reservamos en la nevera.
  3. En un vaso ponemos la nata y las dos cucharadas de vinagre y dejamos reposar sin mover durante 10 minutos. Así formaremos el buttermilk
  4. Tamizamos la harina, el azúcar, el cacao, el bicarbonato y la sal en un recipiente hondo y mezclamos.
  5. Añadimos el aceite al buttermilk,  continuamos con el extracto de vainilla. Batimos los huevos vigorosamente y los incorporamos a esta mezcla.
  6. Mezclamos los ingredientes secos con los húmedos y vertemos toda la mezcla en el molde. Horneamos durante 40 minutos aproximadamente. Dejamos enfriar y desmoldamos una vez que el bizcocho esté totalmente frío.
Del la ganaché de chocolate a la frambuesa 
  1. Fundimos el chocolate, bien al baño maría, o en el microondas. En este último caso, tendremos que programar el microondas a espacios de tiempo cortos para que no se nos queme el chocolate. Abrimos la puerta y vamos comprobando su punto de fundición. Os recomiendo retirarlo del microondas sin que el chocolate se haya fundido del todo y aunque queden trocitos, removiendo con una cuchara terminarán por fundirse con su calor. Dejamos templar.
  2. Fundimos la mantequilla y la mezclamos con el chocolate. Añadimos la nata y removemos bien.
  3. En un cazo ponemos las frambuesas con una cucharada de azúcar para hacer un coulis. Aplastamos las frambuesas con el canto de una cuchara y vamos removiendo. Dejamos reducir el jugo hasta la mitad.
  4. Mezclamos muy bien el chocolate con el coulis de frambuesas poco a poco. Reservamos.

Tarta de chocolate y frambuesa_1  

Montaje
  1. Una vez que el bizcocho esté frío, con un cuchillo de sierra practicamos un corte transversal, o dos, según lo alto que haya quedado vuestro bizcocho.
  2. Extendemos mermelada de frambuesa y cerramos la tarta con su tapa. Podemos intercalar unas frambuesas frescas en el interior.
  3. Con el ganaché entre templado y frío cubrimos todo el bizcocho usando una espátula de silicona, o la que tengáis, procurando que os quede lo más lisa posible. También podéis usar un tenedor para dibujar formas con sus puntas.
  4. Decoramos con las frambuesas frescas de la forma que más nos guste, o de cualquier otra forma que se os ocurra. 
             

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TORTILLA DE BACALAO Y PIMIENTO VERDE

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Tortilla bacalao y pimiento verde-3 


Espero que después de una semana que os he dejado de tregua para que aprendierais a pronunciar correctamente la palabra korvapuustit, con receta incorporada, a estas alturas ya os salga de carrerilla.

Nuestra siguiente lección es mucho más amena, tanto por la didáctica a seguir para pronunciar el nombre de la receta, como por la receta en sí. Vamos a aprender a hacer una tortilla de bacalao y pimiento verde. Estoy segurísima de que tod@s sabéis cómo hacer una tortilla de patata, y os animo a hacer una de bacalao porque es bastante más fácil y bastante más rápida de hacer, sin contar con el tiempo de desalado del bacalao. El tiempo que tarda en desaparecer del plato es el mismo que el de la tortilla de patata, se acaba antes que terminar de decir la palabra "ya". 


Tortilla bacalao y pimiento verde_1 

Ingredientes
  • 400 gr. de bacalao salado
  • 5 huevos
  • 1 pimiento verde
  • 1 cebolleta pequeña
  • aceite de oliva virgen extra
  • sal - con moderación

Elaboración
  1. 48 horas antes de elaborar la receta ponemos el bacalao salado en remojo para desalarlo siguiendo las instrucciones que encontraréis aquí  
  2. En el momento de ponernos a hacer la tortilla, escurrimos el bacalao y lo reservamos. Edito: lo despojamos de espinas, le quitamos la piel y lo desmigamos en tiras finas y no muy largas.
  3. Picamos el pimiento verde y la cebolleta en brunoise fina. En una sartén mediana ponemos un par de cucharadas de aceite a calentar para pochar las verduras a fuego medio-bajo, salamos, removiendo con frecuencia para que no se doren. Cuando la cebolleta esté transparente, retiramos las verduras a un plato y reservamos.
  4. Mientras se va pochando la verdura, batimos los huevos, incorporamos el bacalao, mezclamos bien y salamos con moderación. Una vez pochada la verdura, la volcamos sobre la mezcla de los huevos y el bacalao y removemos.
  5. En la misma sartén ponemos un poco más de aceite si fuera necesario y cuando esté bien caliente vertemos los huevos. Deajamos dorar a fuego fuerte durante un minuto y bajamos el fuego a potencia media para que la tortilla se vaya haciendo lentamente. Una vez dorada una cara, volteamos la tortilla para que se dore por el otro lado y la dejamos hacer despacio. La tortilla tiene que quedar jugosa por dentro. Para comprobar el punto de cocción del huevo, podemos pinchar un tenedor en la tortilla y así comprobar su jugosidad.

Tortillla bacalao y pimiento verde_2  

Notas 
  • Para que una tortilla nos quede perfecta es importante tener una buena sartén. Yo tengo una de tamaño mediano y un poco honda y que tengo reservada exclusivamente para hacer tortillas para los tres. 
  • Los huevos tienen que ser muy frescos. Cuando los compres, comprueba la fecha de caducidad y escoge los de caducidad más tardía. Comprueba que no se ha roto ningún huevo mirando el cartón por debajo.
  • En casa, conserva los huevos en la nevera. Aunque pueden conservarse a temperatura ambiente, duran menos tiempo. Coloca los huevos con la parte más picuda hacia abajo para que la yema se sitúen en el centro. Siempre que vayas a cocerlos o a freírlos te quedarán con la yema centrada.
  • Un huevo estará fresco si al sumergirlo en agua con sal se va al fondo. Si flota, no está fresco. El motivo por el que flota es que con el paso de los días, el huevo pierde agua y en su interior hay más aire. 

¿De verdad qu no vas a deleitar a tu familia con una tortilla de bacalao una noche de éstas para cenar? ¡No serás capaz! 

¡Feliz semana!


Edito: para hacer esta tortilla me inspiré en la de Marhya, quien regenta el blog En mil batallas, un blog muy completito en el que podéis encontrar desde recetas, a literatura, o temas de actualidad abiertos a intercambiar impresiones. Visitadlo. Os gustará.



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KORVAPUUSTIT o BOLLITOS DE CANELA FINLANDESES

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Korvapuustit_1_


Korvapuustit


Korva ... ¿quéééééééé?

Yo te ayudo a pronunciarlo: KOR - VA - PU- US -TIT.

Ya está, así de fácil, pero tampoco te agobies si no acabas de pronunciar bien la palabra, porque al fin y al cabo no vas a tener que pedirlos cuando vayas a la panadería, a no ser, claro, que te encuentres en Finlandia, que entonces quizás tengas que ser tú quien me tengas que decir cómo pronunciar la palabra.

¡Hay que ver cuántas patadas le damos al diccionario! Muchas veces pronunciamos palabras mal, bien por que se nos ha lenguado la traba, perdón, porque se nos ha trabado la lengua, o porque nos hemos acomodado tan ricamente a esa palabra o expresión y forma tal parte de nuestras vidas que no podemos desprendernos de ella, nos cuesta.  ¡Cuántas veces habréis oído la palabra "taxis" en lugar de "taxi", o "asín" en lugar de "así", o "haiga", del verbo haber, por haya, o "cocreta" por croqueta, como de "helicótero" en vez de helicóptero, y "frego" por friego. En fin, que ninguno nos salvamos de la quema, no.

Pero vamos a lo que vamos, a por la receta de estos ricos bollitos de canela finlandeses, los korvapuustit, unos bollitos con forma de oreja, y éso es al fin y al cabo lo que significa esta palabra que nos está trayendo de cabeza en esta entrada. En cuanto los ví, me enamoraron por su preciosa forma, ¿a que son bonitos?, y cuando revisé la lista de ingredientes supe que me iban a gustar aún más. Espero que a vosotros os cause la misma impresión y que os animéis a hacerlos.

Korvapuustit_2__  

Ingredientes para unos 12 bollitos

Para la masa
  • 7 gr. de levadura deshidratada, o 15 gr. de la fresca de panadero
  • 120 ml. de agua templada
  • 60 gr. de mantequilla sin sal
  • 65 gr. de azúcar blanquilla
  • 1 huevo y 1 yema ligeramente batidos
  • 1 cdta. de sal  fina
  • 3/4 cdta. de semillas de cardamomo molidas, aproximadamente 5 vainas
  • 380 gr. de harina normal
Para el relleno
  • 60 gr. de mantequilla sin sal en punto pomada (blandita)
  • 50 gr. de azúcar blanquilla
  • 1 cdta. de canela molida
Para el glaseado
  • 1 huevo ligeramente batido o un poco de leche para pincelar la masa
  • azúcar perlado, o en su defecto, 3 cdtas de azúcar blanquilla con unas gotas de azúcar, que removeremos para humedecerla

Korvapuustit_3__  

Elaboración

De la masa 
  • Disolvemos la levadura fresca en el vaso de agua. Si usamos levadura deshidratada, la incorporamos directamente con el agua a los ingredientes del siguiente paso. 
  • En un recipiente hondo ponemos la levadura y el agua, la mantequilla, el azúcar, el huevo y la yema, la sal, el cardamomo y la harina. Mezclamos bien utilizando en principio una cuchara de madera, y al final usamos las manos para amasar sobre una superficie. Es una masa muy manejable, y nada pegajosa. La ponemos de nuevo en el recipiente  y dejamos que repose durante una hora, o hasta que doble su volumen.
  • Sacamos la masa a una superficie ligeramente enharinada, amasamos, formamos una bola,  y con un rodillo le damos forma de un rectángulo de 30 x 60 centímetros.

Del relleno
  • Mezclamos el azúcar y la canela en un recipiente pequeño.
  • Pincelamos con la mantequilla ablandada el rectángulo y espolovoreamos por encima la mezcla de azúcar y canela (ver imagen 1 y 2) 

Korvapuustit_collage_1

     
  • Enrollamos la masa empezando por el lado más largo (ver imagen 1 y 2). Cortamos el rollo en 12 porciones de 1'3 centímetros por un lado, y 7'6 centímetros por el opuesto (ver imagen 3)
  • Cogemos cada una de las porciones y le damos forma sobre la mesa de trabajo (ver imagen 4), y para ello ponemos los dedos índice justo en el medio (ver imagen 5), y presionamos para fijar la forma (ver imagen 6).
  • Cubrimos una bandeja de metal del horno con papel sulfurizado y vamos colocando cada bollito en la bandeja. Al final, los cubrimos con un paño de algodón ligeramente humedecido y dejamos que reposen unos 40 minutos.
  • Precalentar el horno a 200º tras 20 minutos de levado.

Korvapuustit_collage_2




Para el glaseado
  1. Batimos el huevo o preparamos un poquito de leche en un vaso y pincelamos con suavidad la superficie de cada bollito.
  2. Espolvoreamos con el azúcar perlado o equivalente (ver imagen 7)
  3. Horneamos entre 8 y 10 minutos, o hasta que los bollitos estén ligeramente dorados.


Lo vi en Rosas's yummy yums    


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RISOTTO DE PERAS Y GORGONZOLA

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Risotto de peras y gorgonzola

El origen de la elaboración del queso es tan ancestral que se cree que ya existía antes de que se escribiera nuestra Historia. Pero aún así, se piensa que fueron los romanos los primeros que se iniciaron en la técnica de elaboración del queso, y con su avance territorial, conquistando media Europa, sus costumbres viajaron con ellos y exportaron su técnica. Luego, cada región aportó su propia técnica de acuerdo al terreno, al clima, al tipo de ganado, y de ahí que existan tantos cientos y miles de tipos de quesos diferentes. Hay un proverbio francés que dice que hay un queso francés para cada día del año. El queso era un producto desconocido en tierras orientales y en América, pero la expansión de los grandes imperios europeos llevó hasta aquellas tierras este y otros tantos ricos productos, de igual forma que a nuestro continente llegaron delicias de aquellas lejanas tierras.

De entre todos los quesos, uno de los ingredientes estrella de la receta que os traigo hoy es el queso gorgonzola, un queso italiano cremoso, azul, que tiene como primo hermano en España al archiconocido queso cabrales, en Francia al roquefort, en Inglaterra al stilton y en Dinamarca al queso azul. Todos ellos, seguramente que lo sabéis, se guardan en cuevas, o en entornos muy húmedos, se elaboran inyectando una bacteria que coloniza el queso y que le otorga ese aspecto mohoso y un olor tan peculiar, para muchos hasta desagradable. Todavía recuerdo cuando de mi primer viaje a Asturias con mis suegros, maldicieron el momento en el que se les ocurrió comprar queso cabrales. ¡Menudo olor que dejó en el coche! Tardó meses en desaparecer. Hoy en día aquéllo es una mera anécdota que nos provoca más de una risa, pero que también nos permite recordar aquellos gratos días en el principado. Si vais a Asturias, podéis comprar queso cabrales sin temor a que os ocurra ésto mismo porque ya se envasan las porciones al vacío.

El queso gorgonzola combina a la perfección con las frutas, con muchas de ellas, como pueden ser las uvas, los higos, las manzanas, las peras. Cuanto más dulce sea la fruta, mayor es el contraste, y más gusto da disfrutar de esta combinación.

Queso gorgonzola y pera son parte integrante de este risotto. En casa es una combinación que nos apasiona, y éso que ni a mi marido ni a mi hija les gusta la pera. Sin embargo este plato lo gozan. La receta me la proporcionó Chelo, mi presentadora de la thermomix, y se la dedico a ella, por ser tan atenta y cariñosa, por estar pendiente de sus "clientas", por tener el detalle y la dedicación de mandarnos cada día una nueva receta. Y también se la dedico a otra Chelo, del blog Cogollos de Agua, porque sé que a le va a gustar esta combinación, como pude adivinar cuando publicó sus buñuelos de pera y queso azul, y antes de que se marchara de vacaciones le advertí que tenía una receta que le iba a gustar, y bueno, aquí la tienes, Chelo.


risotto-de-peras-y-gorgonzola

Receta de Risotto de peras y gorgonzola

Ingredientes (4p)
  • 3 peras 
  • una nuez de mantequilla para dorar las peras
  • 1 cebolleta
  • 360 gr de arroz de grano gordo
  • 540 ml de caldo de pollo
  • 50 gr de mantequilla
  • 150 gr de queso gorgonzola
  • sal
  • una pizca de nuez moscada
  • pimienta - la que tengas - recién molida
  • queso parmesano rallado para servir aparte
  • Edito: 170 ml. de vino blanco

Elaboración

Tradicional
  1. Pon la mantequilla en una cazuela a derretir a fuego medio. Pela la cebolleta y córtala en brunoise (daditos). Viértela en la cazuela y deja que se ablande, removiendo con frecuencia para que no coja color. Puedes añadir un chorrito de aceite de oliva virgen extra para evitar que la mantequilla se queme.
  2. Sube el fuego. Añade el arroz y rehoga hasta que se ve el corazón del grano de color blanco.
  3. Incorpora el vino y deja que evapore su alcohol. 
  4. Añade entonces unos cazos del caldo de pollo y remueve. El caldo siempre se añade caliente y a medida que el arroz lo va necesitando. Remueve con frecuencia, especialmente durante los primeros 10 minutos de cocción para que el arroz desprenda su almidón y quede una textura espesa propia del risotto. Cuece el arroz durante unos 20 minutos. Tiene que quedar al dente y con una textura cremosa.
  5. Mientras, pela y pica las peras en daditos y dóralas en una sartén con una nuez de mantequilla, removiendo con frecuencia para que no se doren en exceso. Lo principal es conseguir que se ablanden y que cojan un poquito de color. Retira y reserva. Este paso puedes hacerlo al principio del todo.
  6. Corta el queso gorgonzola en daditos también,  y anádelos a la cazuela una vez que el arroz ha terminado de cocerse. Añade también los daditos de pera y reserva unos cuantos para adornar el plato. Remueve los ingredientes con una cuchara de palo para que el queso se funda con el calor dentro del arroz.
  7. Servir el risotto en platos individuales, con unos daditos de peras coronándolo y espolvorea queso parmesano rallado al gusto. 

Con thermomix 31
  1. Pela  la cebolleta en cuartos y ponla en el vaso para picar durante 5 segundos, velocidad 4. Añade la mantequilla y programa 5 minutos, 100º, velocidad 1.
  2. Añade el arroz. Rehoga 4 minutos, 100º, velocidad cuchara, giro a la izquierda.
  3. Incorpora el vino y deja que evapore su alcohol durante 4 minutos, 100º, velocidad cuchara, giro a la izquierda.
  4. Añade el caldo de pollo y cuece el arroz entre 15 y 20 minutos, dependiendo de su dureza , velocidad cuchara, giro a la izquierda. El arroz ha de quedar al dente y con una textura cremosa.
  5. Mientras, pela y pica las peras en daditos y dóralas en una sartén con una nuez de mantequilla, removiendo con frecuencia para que no se doren en exceso. Lo principal es conseguir que se ablanden y que cojan un poquito de color. Retira y reserva.
  6. Corta el queso gorgonzola en daditos también,  y anádelos al vaso una vez que el arroz ha terminado de cocerse. Añade también los daditos de pera y reserva unos cuantos para adornar el plato. Programa 30 segundos, en velocidad 3, giro a la izquierda, para que se mezcle con el arroz y se funda.
  7. Servir el risotto en platos individuales, con unos daditos de peras coronándolo y espolvorea queso parmesano rallado al gusto.

Notas
  • El auténtico risotto italiano se elabora con un tipo de arroz especial llamado arborio y carnaroli, pero un arroz de grano corto queda igualmente bien.
  • Una buena base de risotto necesita mantequilla - nada de aceite -, cebolla o cebolleta, caldo para cocer el arroz, y si no tienes casero, siempre es mejor que eches una pastilla de caldo para hacerlo antes que puramente agua, y tener paciencia para remover y remover constantemente. La función de remover es la que hace que el arroz desprenda su almidón, y el hecho de que el caldo se añada a poquitos hace que ese almidón que se va desprendiendo, al mismo tiempo se adhiera a los ingredientes y se consiga esa textura cremosa o mantecosa.
  • Partiendo de esta base, puedes hacer un risotto con cualquier ingrediente, el que más te guste.

Si quieres ver mi otro risotto, el de setas, pincha aquí
Lo que os cuento sobre el queso lo leí aquí.  

 

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