¡Feliz 2015!

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feliz navidad 2014


Hay quien dice que la felicidad es un estado emocional efímero que nos es regalada por pequeños momentos. Cualquier gesto de amor es el que más felices nos puede hacer sentir, y un abrazo, una sonrisa, una mirada de complicidad, un reto superado, algo nuevo aprendido, que te cojan de la mano, una llamada de teléfono ... son algunos de tantos gestos que desprenden felicidad. 

Así que ... ¡regalemos felicidad!

Mi deseo para el 2015 es que el nuevo año os permita disfrutar de muchos pequeños momentos que os roben una sonrisa y que os hagan sentir pletóricos de felicidad. Rodéate de aquellos que saben dar calor humano. Las malas vibraciones castigan el ánimo.

Y con esta entrada me despido durante un par de semanas por vacaciones. Como los niños y todo estudiante, volveré por aquí con la vuelta a clase.

¡Ríele a la vida y sé feliz!


¡Feliz Navidad y muy próspero año 2015!









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Hojaldres de solomillo de cerdo con salsa de queso Cabrales

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hojaldre de solomillo con salsa al Cabrales


Hoy en día podemos volvernos locos cuando vamos al híper o al supermercado a hacer la compra. Particularmente prefiero el supermercado por eso de que es más pequeño y en media hora tienes la compra hecha. Pero también es verdad que la variedad de productos que se pueden encontrar en un hipermercado es mayor que la de un supermercado, y reconozcámoslo: nos gusta descubrir productos nuevos o tener más variedad entre la que poder elegir.

¡Cuántas veces habré visto en las estanterías de algunos hipermercados las diferentes salsas que comercializa la firma Salsas Asturianas! Pero nunca las compré :( . La sinceridad impera para deciros que en casa no entran otras salsas que no sean la mayonesa, el ketchup, la mostaza y el pesto, más que nada porque no me gusta acompañar mis elaboraciones con otras salsas que no sean sus propios jugos. 

Cuando Salsas Asturianas me eligió para poder degustar sus salsas gourmet y participar en una puesta en común en la que 20 blogueros compartían sus recetas especiales de Navidad elaboradas con una de sus salsas, pues no me lo pensé, la verdad. Contaba con el visto bueno de mi amiga Paula, y como me fiaba de su palabra, me tiré al vacío sin pensármelo dos veces y sabiendo que me venían días de duro trabajo en casa. 

Podéis ver todas las propuestas aquí.



De las cuatro salsas gourmet que me me invitaron a probar: miel y mostaza, a las 5 pimientas, y al Pedro Ximénez con pasas, decidí empezar por la del queso Cabrales, por eso de que el queso me tira mucho, y porque además es la bandera de una tierra preciosa y que disfruto cada vez la que visito: Asturias. Y he de deciros que la salsa me parece una auténtica pasada. Con deciros que ha caído en dos elaboraciones de sabrosa que está, y si no ... que le pregunten a mi hija, que ella puede dar muy buena cuenta de cómo la disfrutó más que nadie. Así que a partir de ahora, en mi carro de la compra va a ir un tarro de esta salsa siempre que se me termine :)



El queso Cabrales luce el sello distintivo Denominación de Origen. El hecho de que se elabore con leche de cabra, vaca y oveja en una comarca muy localizada de Asturias, Cabrales, y siguiendo un riguroso y artesanal sistema de elaboración, le han otorgado ese distintivo. Se distingue por ser un queso de color verde azulado, de textura untuosa, de sabor picante y olor fuerte, un punto, que sinceramente, es fácil que eche para atrás a los amantes del queso, como es mi caso. Pero en Salsas Asturianas han logrado hacerlo más suave y de olor agradable. Un gran punto a su favor.

En mi receta, he combinado el sabor de la salsa de queso Cabrales con mermelada de arándanos, un toque frutado que sabéis casa con la carne de cerdo a la perfección. Combinación dulce y salada. Si eres de los míos, apunta la receta como plato principal para estas Navidades. Ya verás lo sabrosa que está :)

hojaldre de solomillo con salsa al Cabrales


¿A que te apetece saber cómo elaborarla?

Ingredientes (Para 4px)
  • 1 solomillo de cerdo, de aproximadamente 600 gramos, o dos de peso equivalente, limpio de grasas y telillas
  • 2 láminas de hojaldre de forma rectangular
  • Mermelada de arándanos
  • Sal y pimienta
  • Aceite de oliva
  • 1 huevo para pincelar el hojaldre
  • Salsa de queso al Cabrales
Elaboración
  1. Cortamos el solomillo en cuatro porciones, una para cada comensal.
  2. Ponemos a calentar una cucharada de aceite en una cazuela amplia. Salpimentamos los trozos de solomillo y los sellamos a fuego fuerte por todos sus lados. Entre dos y tres minutos por cada uno de ellos. Con esta técnica, sellamos la carne y evitamos que se desprendan jugos en la cocción en el horno. Es importante no pinchar la carne para así evitar que los orificios del pinchazo sean una salida de esos jugos. Retiramos a un plato, y aprovechamos el jugo que hayan soltado durante el sellado.
  3. Extendemos cada una de las láminas de hojaldre, las pinchamos para evitar que suban en la cocción, y cortamos cada una por la mitad. Con cada mitad envolveremos cada porción de solomillo. Reservamos los recortes que tengamos que hacer al hojaldre para decorar cada paquetito que hagamos con ellos.
  4. Precalentamos el horno a 220ºC con calor superior e inferior.
  5. En un recipiente pequeño ponemos unas tres cucharadas de mermelada y rebajamos su espesor con un poquito del jugo que hayan escurrido los solomillos. Pincelamos los solomillos con la mermelada, los disponemos sobre cada una de las mitades del hojaldre. Cerramos cada recorte de hojaldre, pegando cada unión con agua, dándole forma de paquetito, y asegurándonos de que no quedan posibles huecos o aberturas por las que puedan salir los jugos. Decoramos al gusto con los recortes de masa.
  6. Pincelamos con huevo batido, introducimos la bandeja a baja altura y horneamos durante unos 20 minutos o hasta que el hojaldre se haya dorado por su superficie, al igual que por su base.
  7. Para servir, acompañamos el hojaldre con unos brotes tiernos y tomatitos cherry, y una cucharada de salsa de queso al Cabrales, sin olvidarnos de servir más cantidad en una salsera, porque tus comensales van a pedirte más :)



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Pan con nueces y arándanos { #díadeLÉKUÉ }

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pan con nueces y arandanos


Hacía mucho tiempo que venía detrás de hacer un pan como el que os traigo. Tanto tiempo como el que hace que pudimos disfrutar de una comida en el Parador de Toledo, un lugar con unas vistas increíbles. Tiene un mirador desde el cual se puede disfrutar de toda la magnitud que alcanza a tener una ciudad como Toledo, una ciudad cargada de historia, de callejuelas estrechas, empedradas, no aptas para personas con dificultades en el andar, la verdad, y mucho menos para aquellas que no puedan renunciar a unos tacones. Toledo, por muy señorial y monárquica que haya sido, hay que disfrutarla vistiendo ropa y calzado cómodos.

Pues fue allí, en el mismo Parador de Toledo, donde descubrí un pan con nueces y uvas pasas que me encantó. 

Y cuando Lékué decidió regalar a cada uno de los asistentes al Encuentro de Bloggers Gastronómicos GastroMAD 2014 un Kit Panera, la primera idea que me vino a la cabeza fue elaborar este pan, aunque con una ligerísima variante: arándanos deshidratados en lugar de uvas pasas. La diferencia no es que se note mucho, pero me gustan mucho más los arándanos que las pasas, así que no me lo pensé dos veces.

El lema de Lékué es "La emoción de cocinar en casa" y para todo amante de la cocina como tú y como yo, este lema se convierte en una realidad cuando tienes en tus manos un artículo firmado por Lékué. Silicona de buena calidad, de fácil limpieza y manejabilidad, y sobre todo, que pretende facilitarnos nuestras tareas en la cocina, bien porque son muchas, o bien porque andamos escasas de tiempo, y el Kit Panera puede hacer mucho en este sentido, y más tratándose de hacer pan. Además, este kit se convierte en un "tres por uno" porque no permite usar el recipiente utilizándolo para amasar los ingredientes, para que guarde reposo la masa mientras leva, y para que se cocine en el horno. ¿Quién da más?


kit panera


Para elaborar el pan he seguido lo que se llama " el porcentaje del panadero" para una masa de pan básico. Se trata de una masa hidratada al 70%, lo cual quiere decir que por cada kilo de harina se emplea un 70% de agua. Y se emplea levadura fresca y sal en una proporción del 5% y el 2% respectivamente en relación a la cantidad de harina que empleemos. De ahí las cantidades que os indico en la receta.

En casa es un pan que nos ha gustado muchísimo. Lo tomamos para comer, y antes de llegar a la mesa, la ratona de la casa se había comido ya dos rebanadas aprovechando el momento "retrato". En mi opinión, para desayunar es perfecto. Pero en una mesa, con una tabla de quesos, queda igualmente estupendo. 


pan de nueces y arándanos



Ingredientes
  • 250 gr de harina de fuerza
  • 175-200 ml de agua a temperatura ambiente
  • 0'5 gr de sal de mesa
  • 12'5 gr de levadura fresca
  • 60 gr de arándanos deshidratados picados
  • 30 gr de nueces picadas
Además
Elaboración
  1. En un recipiente mezclamos la harina y la sal.
  2. En un vaso desleímos la levadura con un poquito del agua que necesitamos.
  3. Vertemos el agua con la levadura en la harina y mezclamos.
  4. Añadimos unos 150 mililitros de agua más y amasamos. Si notas que la masa queda dura y poco hidratada, prueba a ir añadiendo más agua a poquitos.
  5. Amasa durante diez minutos siguiendo el método de amasado francés: coges la masa como si fuera un bocadillo, la estiras hacia arriba y la devuelves de un golpe a la superficie de trabajo, doblándola ligeramente para que coja aire. Repetimos la operación durante el tiempo marcado. Iremos notando que la masa se vuelve más suave y elástica al ir atrapando el aire con cada movimiento.
  6. Añadimos los arándanos y las nueces, y amasamos siguiendo el método tradicional para que estos ingredientes se introduzcan en la masa.
  7. Le damos forma de bola y la reservamos en un recipiente engrasado ligeramente con aceite, al igual que la superficie de la bola. Tapamos con un gorro de ducha y guardamos en un lugar libre de corrientes, como por ejemplo el mismo horno o el microondas, hasta que haya doblado su volumen; entre una hora y hora y media, dependiendo del calor ambiental.
  8. Sacamos la masa, desgasificamos, le damos forma alargada, espolvoreamos harina por encima, le damos unos cortes firmes y la reservamos en el estuche del Kit Panera de Lékué cerrado durante media hora.
  9. Precalentamos el horno a 250ºC. Una vez alcanzada la temperatura, introducimos el pan en el mismo estuche del Kit Panera y vertemos medio vaso de agua sobre la base del horno. Lo cocemos durante cinco minutos.
  10. Transcurrido ese tiempo, abrimos la puerta del horno un pelín y dejamos escapar el vapor durante diez segundos. Cerramos y bajamos la temperatura a 200ºC. Horneamos durante diez minutos. Pasado ese tiempo, abrimos el horno y destapamos el estuche, y dejamos cocer el pan durante quince minutos más.
  11. Sacamos el pan del horno a una rejilla para que enfríe.

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Tortitas de arroz { Arroz de reciclaje para Directas al grano }

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tortitas de arroz


¡Con qué ganas deseaba que llegara esta publicación! Y no por la receta en sí, si no por la temática: cómo aprovechar ese arroz que a veces nos sobra dándole otra vuelta de tuerca.

Ya sabéis que el arroz no es un ingrediente que gane mucho en reposo. Si lo guardamos en la nevera, se apelmaza y el grano queda como gomoso. Sin embargo sí que lo podemos congelar, y al menos yo, no he apreciado diferencia alguna a como si lo hubiéramos cocinado justo antes. Eso sí, siempre que sea seco, porque si el arroz es caldoso, intuyo que el caldo en el que se reposará terminará abriendo las fibras del arroz, y este queda excesivamente blando y nada gustoso para el paladar.

Indagando sobre el tema del arroz ya cocinado y cómo conservarlo, me he quedado alucinada cuando he leído este artículo que comenta que una vez que hemos cocido arroz, si sobra, hemos de enfriarlo rápidamente para evitar que las esporas del arroz acojan bacterias que de germinar, producen  un envenenamiento por consumir ese arroz. Y aún calentando el arroz, puesto que esas bacterias resisten el calor, este no las mata. ¿Será por eso por lo que los japoneses enfrían el arroz cuando elaboran sushi? Si alguien sabe sobre este tema, que levante la mano y comparta sus conocimientos con nosotros, porque yo, personalmente, ignoro más sobre el tema, y tampoco es que quiera que cunda el pánico. Pero lo que sí creo es que han de darse unas condiciones ambientales severas que favorezcan la proliferación de esas bacterias, ¿no creéis?

Divagaciones científicas aparte, no hay hogar en el que no creo que falte el arroz, y es precisamente el arroz blando la receta que se elabora en nuestras casas con mayor frecuencia. ¿O no? Es rápido, cómodo y versátil. En casa de mis padres era muy habitual cocerlo, freír unos ajitos, cortar unas lonchas de bacon en tiritas, freírlas y rehogar el arroz en ese refrito. Un poco de tomate frito, y lista la comida :)

La base de la receta de hoy es un arroz blanco que pasó a convertirse en tortitas, una buena transformación. Y si no, juzgad vosotros mismos :)

tortitas de arroz


Ingredientes (Para 10 tortitas de 6 cm de diámetro)
  • Un tazón grande con arroz cocido (unos 180 gramos de arroz en seco aproximadamente)
  • 3 lonchas de bacon ahumado
  • 10 cm de tallo verde cebolleta
  • 1 huevo
  • 1 bola de mozzarella
  • 2 cdas de cebolla crujiente
  • Sal
  • Pimienta
  • Aceite de oliva
  • Nata fresca
  • Cebollino
Elaboración
  1. Cortamos las lonchas de bacon por la mitad a lo largo, y estas a su vez en tiritas. Las freímos en una sartén sin aceite, en su propia grasa, y hasta que comienzan a dorarse. Las retiramos y las añadimos al arroz. Mezclamos.
  2. Picamos el tallo de cebolleta muy finamente y lo añadimos también al arroz.
  3. Escurrimos la bola de mozarella, la secamos con papel de cocina, la cortamos en lonchas de medio centímetro de grosor y estas en daditos del mismo tamaño. Las incorporamos igualmente al arroz y mezclamos.
  4. Hacemos lo mismo con la cebolla crujiente. 
  5. Batimos el huevo y lo salpimentamos al gusto, y lo añadimos a la mezcla anterior, mezclando concienzudamente.
  6. Ponemos un par de cucharadas de aceite en una plancha para que se caliente y hacer nuestras tortitas de arroz. 
  7. Con la ayuda del molde pequeño de silicona del Kit Burger de Lékué, ponemos una porción de arroz, alisamos la superficie y seguimos el mismo proceso por tandas hasta terminar con la mezcla de arroz. Para darles la vuelta, encapsulamos las tortitas en el molde de nuevo y evitar que se desmoronen. Retiramos una vez que se hayan dorado por las dos caras y tengan consistencia firme.
  8. Servimos con nata fresca y cebollino al gusto.

Y ahora, no os quedéis con las ganas de saber cómo mis amigas y compañeras de reto han aprovechado su arroz de sobras. Seguro que nos sorprenden con sugerencias super interesantes. 
¡Nos vemos el próximo 11 de enero! :D


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Mince pies

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mince pies

Buenos recuerdos los que me trae esta receta. Recuerdos de un día en el que pude ser testigo y disfrutar de la grabación de un vídeo que de forma muy, muy sencilla y clara nos explica cómo elaborar un roscón de Reyes. La protagonista, Carmen, quien gestiona el archiconocido blog Tía Alia Recetas. Así que, aunque un año después, aprovecho para compartir con vosotros su vídeo si es que os ronda por la cabeza la idea de elaborar un roscón de Reyes, que para eso estamos casi plantados en la Navidad :)

Estos pastelitos que hoy os traigo, conocidos como Mince Pies, son uno de los dulces más típicos durante las fiestas navideñas en las cercanas tierras británicas. ¿Y qué tienen que ver un roscón con estos pastelitos? Pues simplemente que fue aquel día cuando los probé por primera vez, y me encantaron. Además, tuve la suerte de recibir de manos de Carmen un tarro con la farsa que sirve de relleno, y que popularmente se conoce como mincemeat. La masa dulce que sirve de base es de Virginia, de Sweet & Sour, y que tiene publicada aquí. Una masa quebrada, crujiente, muy fina, y que se deshace sola en la boca. ¡Deliciosa! 

¡Pero delicioso todo el conjunto en sí! Fue probar el relleno y darme cuenta de que la impresión que yo tenía sobre el mincemeat y la semejanza que le encontraba con el chutney, no iba muy desencaminada. Muchos sabréis que los chutneys son un tipo de confitura en la que los sabores dulces y salados, se combinan con especias y se conservan en vinagre. Para elaborar el relleno de estos pastelitos se necesitan manzanas, uvas pasas, almendras, azúcar, brandy, manteca de vaca, especias, ralladura de cítricos, y naranjas y limones confitados. ¡No me digáis que no suena realmente aromático y delicioso! Pues lo es, creedme, que lo es. No os puedo ofrecer la receta de esta delicia, pero sí sé que los supermercados Lidl lo han comercializado llegadas las fechas navideñas, así que si os interesa, no olvidéis daros una vuelta para ver si este año también lo llevan a sus estanterías. 

mince pies

En el siglo XVII, este relleno llevaba también entre sus ingredientes carne, y más en concreto, cordero. De hecho, meat significa carne en castellano. Estos pastelitos eran salados pero tenían un ligero toque dulce. Una vez que los británicos alcanzaron tierras del Oriente Medio, incluyeron las especias entre los ingredientes. Y fue a partir de entonces cuando se introdujo mayor cantidad de azúcar.

Para que os hagáis una idea de la consideración que le tienen los británicos a este dulce, forma un trío de imprescindibles en las fechas navideñas junto con el Pudding de Navidad y el pavo asado. Además, hay una tradición según la cual se dice que quien se toma un mince pie cada día, desde el de Navidad hasta el de Reyes, tendrá felicidad a lo largo de los doce meses siguientes.

Pues yo no pienso renunciar a ella ;)

mince pies

  Ingredientes (Para 9 mince pies)
  • 150 gr de mincemeat
  • 175 gr de harina de trigo
  • 40 gr de mantequilla muy fría
  • 35 gr de manteca muy fría
  • Una pizca de sal
  • 70 gr de agua muy fría
  • Azúcar tipo "caster", de un grosor entre blanquilla y glas
Elaboración

Tradicional
  1. En un recipiente ponemos la harina, la mantequilla, la manteca y la sal y mezclamos con las manos. Se formará una masa con textura similar a unas migas. 
  2. Añadimos una parte del agua, no toda. Mezclamos. Si notamos que la masa queda seca, añadimos más agua y seguimos amasando.
  3. Formamos una bola, sin manipular la masa en exceso, la envolvemos en film transparente y la guardamos en la nevera, mejor una noche entera. 
  4. Al día siguiente estiramos la masa con un rodillo y entre dos láminas de papel vegetal hasta darle un grosor de 3 milímetros. Cortamos círculos con un cortapastas de 7 centímetros de diámetro y las colocamos en un molde para muffins de 5 centímetros de diámetro, y previamente enmantequillado. 
  5. Rellenamos la masa con el mincemeat, pero sin llegar hasta el tope, sino lo suficiente como para que cuando pongamos la estrella, esta quede al mismo nivel que los bordes de las tartaletas.
  6. De la misma masa cortamos estrellas de tamaño que se ajusten al diámetro de las tartaletas.
  7. Pincelamos con leche y horneamos entre 20 y 25 minutos, a 180ºC, a media altura con calor superior e inferior.
  8. Sacamos los pastelitos con cuidado, los colocamos en una rejilla y en templado espolvoreamos con azúcar "caster", o glas en su defecto.
Con thermomix 31
  1. Ponemos en el vaso la harina, la mantequilla, la manteca y la sal y mezclamos durante 6 segundos en velocidad 6.
  2. Añadimos una parte del agua, no toda. Mezclamos de nuevo durante 10 segundos en velocidad 6. Si notamos que queda seca, añadimos un poquito más de agua. 
  3. Formamos una bola, sin manipular la masa en exceso, la envolvemos en film transparente y la guardamos en la nevera, mejor una noche entera. 
  4. Al día siguiente estiramos la masa con un rodillo y entre dos láminas de papel vegetal hasta darle un grosor de 3 milímetros. Cortamos círculos con un cortapastas de 7 centímetros de diámetro y las colocamos en un molde para muffins de 5 centímetros de diámetro, y previamente enmantequillado. 
  5. Rellenamos la masa con el mincemeat, pero sin llegar hasta el tope, sino lo suficiente como para que cuando pongamos la estrella, esta quede al mismo nivel que los bordes de las tartaletas.
  6. De la misma masa cortamos estrellas de tamaño que se ajusten al diámetro de las tartaletas.
  7. Pincelamos con leche y horneamos entre 20 y 25 minutos, a 180ºC, a media altura con calor superior e inferior.
  8. Sacamos los pastelitos con cuidado, los colocamos en una rejilla y en templado espolvoreamos con azúcar "caster", o glas en su defecto.
Fuente de información, aquí


Y a colación de la Navidad y de las compras que realizamos para surtir nuestras mesas de productos ricos y variados, hago una reseña sobre la importancia que merece la compra de productos en los mercados. Yo soy una fan total de la compra de producto fresco en el mercado local porque creo que el producto es siempre mejor, más fresco y del día, con precios más competitivos, está cerca de casa y la atención personal de quien te atiende es más cercano y nada tiene que ver con el que recibes en las grandes superficies.

Desde el próximo día 10 hasta el 7 de enero, el Ministerio de Economía y Competitividad, junto con MERCASA, han puesto en marcha una campaña informativa que fomenta el consumo en los mercados de zona. Te invito a que visites sus páginas en twitter y Facebook para estar al día de las actividades que van a llevar a cabo en toda España.


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Bingöl cacik

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bingöl cacik


Hoy os traigo una nueva receta con un nombre que seguramente no habréis oído en la vida: Bingöl cacik. Se pronuncia fácilmente, ¿no? No ocurre como aquel nombre casi impronunciable de una receta dulce que publiqué un tiempo atrás: korvapuustit. Uff, ese sí que es difícil, ¿verdad? 

Esto de la pronunciación me trae a la memoria una cuestión relacionada con el aprendizaje de las lenguas, y más en concreto de la lengua inglesa, que es lo que a mi más directamente me toca: ¿Por qué a los españoles les cuesta tanto aprender inglés? 

No es mi intención entrar en una discusión que buenamente se podría tratar con un café delante y no en un comentario en esta entrada. Mi experiencia me dice que a los españoles les cuesta aprender inglés. Lo veo diariamente en las aulas. Los niños entran en contacto con la lengua inglesa a los tres años de edad, y llegan al segundo curso de Bachillerato, que se cursa entre los 17-18 años, con un nivel de inglés no tan alto como cabría esperar, teniendo en cuenta los años que llevan con la materia a sus espaldas. Estoy segura de que los profesores tenemos gran culpa de esto. Es necesario mirarse el ombligo y echar una mirada introspectiva a nuestro trabajo en las aulas. Lo que sí sé, y está más que demostrado, es que cuanto más se expone una persona a una lengua, más se acostumbra el oído a sus sonidos, más la practica, mayor es su nivel de conocimientos, y eso hace que el alumno alimente una seguridad y confianza que le empuja a exponerse aún más, a aprender y a perfeccionar lo que aprende. 

Si todos le diéramos la importancia que merece al aprender lenguas extranjeras, tendríamos mayor predisposición a abrir nuestros brazos y acogerlas, y no a cerrarnos en banda y a no admitir que forman parte de nuestra formación. No hay frase más repetida entre los alumnos que esa de "¡Para lo que me vale el inglés...!". Triste, pero cierto.

Entonces, pronunciar bingöl cacik ... fácil, ¿no?

Pues no solo es fácil de pronunciar, sino super sencilla de preparar esta receta que descubrí de Aurélie, una francesa-madrileña, autora del blog La Chef A. Y digo francesa-madrileña, y con su permiso, claro, porque esta francesa afincada en Madrid desde hace unos cuantos años, tiene un dominio absoluto de la lengua española. Aurélie es un encanto de persona. Una mujer dulce, con un gusto muy refinado que le recorre por las venas como buena francesa que es. Gracias por la receta, Aurélie. Bien sabes que en casa nos encanta :)

Y esta, una de sus recetas, buenamente podría pasar desapercibida, pero ojito, que no tiene desperdicio. He querido aprovechar el momento de publicarla ahora cuando todavía podemos encontrar granadas en el mercado, porque justamente este es un ingrediente sustancial. He probado a sustituirlo por manzana fuera de esta temporada, pero esa acidez y esa explosión de los granitos de la granada tiene su aquel y no es igual con otra fruta.

Es muy fácil de preparar, y aporta a vuestro menú un toque fresquito y muy apropiado para el calor emotivo que acompaña las mesas en las fiestas navideñas que en nada ya estaremos celebrando. Y encima, invita a dipear ... genial, ¿no?

bingöl cacik


Ingredientes (Para un cuenco grande, como el de la fotografía)
  • 2 zanahorias grandecitas
  • Los granos de media granada grande
  • 1 diente de ajo
  • 12 hojas de menta
  • 300 ml de yogur griego, o crème fraîche, que le dará un punto de espesor interesante.
  • Sal
Elaboración
  1. Pelamos y rallamos la zanahoria.
  2. Desgranamos la granada.
  3. Machacamos el diente de ajo.
  4. Lavamos las hojas de menta, las secamos con papel de cocina y las picamos muy finamente.
  5. En un cuenco ponemos el yogur y los anteriores ingredientes y mezclamos bien. Ajustamos el punto de sal. Refrigeramos durante al menos una hora, tiempo suficiente para que la salsa coja cuerpo y espese.
  6. Servimos acompañado de unas rebanadas finas de pan.


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S´mores cookie { Galleta con nubes y chocolate }

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s'mores cookie


Aquellos maravillosos años ...

Suena a serie de televisión. Pero más que eso suena a nostalgia. Aunque no en vano, su protagonista, Kevin, recordaba sus años de infancia a través de acontecimientos históricos, un hilo temático que mucho tiene que ver con nuestro tan afamado "Cuéntame".

Mi infancia no fue una infancia ni infeliz ni difícil. Es más, alguna vez empecé a pensar que tenía un ángel como sombra que me protegía y evitaba que nada malo me pasara. Imaginaciones o no lo cierto es que mi infancia fue feliz. 

Fui una niña extremadamente tímida, y en vista de esto, mi madre decidió apuntarme a la asociación Y.M.C.A. por eso de espabilarme un poco. Recuerdo que todos los viernes por la tarde nos juntábamos en un local situado en unos bajos cuyo acceso no era nada cómodo, pues se entraba por una puertecilla, casi ventanuco, de la que salían unas escaleras que nos permitían bajar al local. Allí participábamos en puestas en común, nos daban charlas (en el buen sentido de la palabra), organizaban juegos y excursiones. De esas teníamos una al mes y nos juntábamos con otras delegaciones de Y.M.C.A. en Madrid. 

Creo que no hay nadie a quien no le haya entusiasmado salir de excursión con los amigos. Y hoy en día, reconozcámoslo, es un señor plan ... al menos para mi. Es el día del bocata por antonomasia, el día en el que no duele comerte media barra de pan con jamón, y que te quiten lo bailao :) No hay remordimientos porque el disfrute es grande, y nos queda el consuelo de que al fin y al cabo, con la caminata, el bocata está más que quemado.

De aquellas excursiones lo que no recuerdo son reuniones en torno a una fogata. Suena bucólico, ¿verdad? Y justo es en torno a una fogata donde se disfruta del dulce que os traigo hoy. 

Seguro que muchos de vosotros habréis visto series de televisión y películas en las que grupos de muchach@s tuestan nubes dulces pinchadas en un palo a modo de brocheta. Se doran y deshacen con el calor, y resultan muy ricas. Lo digo porque las he probado a golpe de mechero, que no de fogata; algo es algo. Estas nubes, calentitas, entre dos galletas Graham y una onza de chocolate Hershey's es lo que se conoce en Estados Unidos de forma popular como "s'mores", que es la forma abreviada de "some more" lo que viene a decir algo así como "algo más", justo lo que cualquier niño o niña más podría repetir para pedir más y más de esta golosina. Y es justamente en las reuniones de Scouts en las que se encuentran los orígenes de esta receta.

La mía es una versión que se ha inspirado en varias versiones que se encuentran por la red. Como base: una galleta muy resultona que hago en casa, y junto a eso no se necesita más que galletas saladas tipo Graham, chocolate y nubes. Y la perdición y el camino al infierno vienen de la mano :)

¿Y vosotros, quereis perderos en el infierno de la mano de esta mega galleta?

Tranquilos ... yo os abro la puerta ...


s'mores cookie



Ingredientes

Para la galleta (con algunos cambios de la publicada aquí)
  • 120 gr de mantequilla a temperatura ambiente
  • 100 gr de azúcar blanquilla
  • 100 gr de azúcar moreno
  • 1 huevo tamaño "L"
  • 1 cdta de extracto de vainilla
  • 300 gr de harina de trigo
  • 1 cdta rasa de levadura química Royal
  • 1/2 cdta de canela
  • Una pizca de sal
Además
Elaboración
  1. En un robot ponemos la mantequilla y los dos tipos de azúcar y batimos hasta que queda una mezcla espumosa y blanquecina. Esto nos llevará entre 4 y 5 minutos.
  2. Añadimos el huevo y la cucharadita de extracto de vainilla. Batimos durante un minuto.
  3. Incorporamos la harina, la levadura, la pizca de sal y la canela, y amasamos.
  4. Cubrimos la base de la cazuela con algo más de la mitad de la masa de galleta. Envolvemos el resto de la masa en film transparente y refrigeramos las dos partes durante una hora.
  5. Sacamos la cazuela y la masa de galleta envuelta de la nevera. 
  6. Precalentamos el horno a 180ºC.
  7. Partimos las galletas saladas en trozos irregulares y los repartimos por encima de la base de galleta de la cazuela. Espolvoreamos con la mitad de las pepitas de chocolate. 
  8. Repartimos las nubes por encima.
  9. Desmenuzamos la parte de masa de galleta que teníamos envuelta y la repartimos por encima de las nubes.
  10. Espolvoreamos las pepitas de chocolate restantes.
  11. Horneamos la galleta durante unos 35 minutos, o hasta que las nubes comiencen a dorarse, señal de que la galleta ya estará hecha. 
Y con esta receta cierro el #desafíoBRA con el que me comprometía a elaborar un primer plato, un segundo plato, y ahora un postre. Ya veis todo el juego que se le puede sacar a la estupenda y versátil cazuela baja Efficient de BRA.




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